Están sucediendo varias cosas al tiempo que para el común de los consumidores pasan inadvertidas (y que luego se ven reflejadas en el precio de los productos). Los retos logísticos están impactando la producción y la priorización de unos mercados sobre otros.
La disposición de productos no es la misma y las mismas marcas están desarrollando sus propias estrategias para surtir de la forma más eficiente y rentable las plazas.
La logística juega un rol fundamental.
Pero con el costo de los fletes, ¿qué tan sostenible es el modelo tradicional?
Panamá tiene todo para presentarse como un lugar ideal para establecerse.
Sin dudas sus mayores ventajas son ser un Hub Logístico reconocido mundialmente y tener una legislación sumamente atractiva para las multinacionales y compañías internacionales ,con beneficios superiores a los que podrían ofrecer otros países de la región.
¿Qué pasaría si comenzamos a pensar en transformarnos en un lugar ideal para ensamblaje de productos como línea blanca u otros, cuyo volumen de transporte es realmente costoso?
Puede parecer una locura.
Nos hacen falta muchas cosas para poder ser una plaza segura para este tipo de industrias.
Pero la mayoría de las innovaciones de la historia nacieron de la colaboración de lo público y lo privado.
Estos desafíos se transforman en objetivos, que luego se concretan a través de hojas de ruta donde se honran compromisos y donde los mayores beneficiarios no son las empresas o el gobierno, son las personas que se mueven en un ecosistema distinto, influenciados por la culturas corporativas de las compañías.
Y así, sin salir de Panamá, nos volvemos ciudadanos ‘de mundo’, con una visión mucho más abierta de la vida y de las cosas.