Para los que nos gusta la logística lo que estamos viviendo es de esos momentos donde van a partir la historia en dos. Todo lo que habíamos aprendido de planeación y de orden se nos está cuestionando.
Los fletes en los cielos, la imprevisibilidad de los puertos de oriente, las decisiones de priorizar unos mercados sobre otros. Son tantas variables que estamos tomando en cuenta en un escenario que no tiene fecha exacta de fin.
De ahí que hoy necesitemos aplicar soluciones disruptivas basadas no sólo en datos, sino también en la experiencia y el conocimiento que tenemos de la industria y su movimiento.
A veces nos acostumbramos tanto a las soluciones de libro, que se nos olvidó lo importante que es el conocimiento en terreno. Lo que la generación pasada llamaba instinto.
En ese mundo donde conocías a tus proveedores, a tus interlocutores, a tus clientes, donde el factor humano primaba para tomar decisiones que impactaran positivamente al negocio.
El que me conoce sabe que soy muy pro de la tecnología, pero hoy más que nunca debemos apelar a la humanidad para atrevernos a ser disruptivos.
Los datos nos van a dar un norte. Pero el conocimiento y la experiencia nos van a dar la certeza que necesitamos para interpretarlos y entender mejor el contexto en el que nos estamos moviendo.
Estoy seguro que en unos cuantos años, las universidades enseñarán los desafíos que presentaron estos tiempos y los criterios de la toma de decisión en escenarios complejos como el que hoy vivimos.