Constantemente escucho a personas preguntándome…
¿cuál es la fórmula secreta para desarrollar un negocio exitoso?
Y mi respuesta es siempre la misma: Piénsalo bien desde un principio.
Parece una obviedad. Sin embargo no lo es. La razón es super sencilla. La mayoría de las personas a la hora de proyectar un negocio piensan en el romanticismo de crear y olvidan (u omiten) todas las variables y escenarios negativos que se pueden generar.
Así que antes de siquiera comenzar a pensar en un plan de negocios haste 2 preguntas claves:
¿Cuáles son tus expectativas?,
y por el lado contrario,
¿Cuál es la peor cosas que me puede pasar?
Porque seamos sinceros. El peor error de la mayoría de las personas que queremos emprender o desarrollar un negocio es pensar que nos vamos a hacer millonarios desde un principio.
¿A quién no le pasó?
Creo que muchos pagamos la novatada de pensar que nos íbamos a volver Bill Gates de la noche a la mañana.
Si hay algo que afecta el clima de desarrollo de un negocio son las expectativas mal pensadas.
¿Cuantos vas a invertir y cuanto quieres ganarte?
De ahí para abajo evalúas y piensa cómo afectan las variables a tu proyecto. Y luego de eso piensa si aún es rentable tu negocio.
Por ejemplo, ¿vale la pena trabajar por una rentabilidad del 3%?. De verdad pon mejor tu plata en un plazo fijo que te va mejor.
Porque al final, cualquier negocio requiere dinero, esfuerzo, dedicación, tiempo y energía.
¿Estás dispuesto a invertir todo eso por la meta que te has propuesto?
Si te planteas ser millonario en un año probablemente cargarás unos niveles de frustración que nublarán tu vista y te desenfocarán de lo realmente importante: que el negocio comience con raíces sólidas, tomes las oportunidades importantes y crezca sano y fuerte.
‘Baby Steps’ le dicen y prefiero cien veces acostarme a dormir tranquilo a pensar en compromisos que son bien difíciles de cumplir.
¡Y ojo!, como buen empresario creo que a veces se deben tomar riesgos, pero al igual que cuando están pensando en desarrollar un negocio, el riesgo debe ser controlado y tener claro la mayor cantidad de variables posibles.
Ya hablamos de expectativas, así que vamos al siguiente punto: pensar en los aspectos negativos de un negocio.
Los negocios no solo se evalúan desde lo bonito. También hay que ver el otro lado. El que se termina transformando en el stress y la pesadilla de todo el mundo.
Conozco muchas personas que todavía arrastran deudas de negocios anteriores y que es como esa cicatriz que siempre te recuerda un aprendizaje.
Porque en el escenario más catastrófico de un negocio estás dispuesto a quedarte con deudas y si esas deudas te van a permitir sobrevivir.
Y creo que este punto me da pie para hablar de algo concreto y que todos los que hemos desarrollado un negocio lo hemos vivido: el romanticismo de emprender.
Un negocio no es como una novia. A veces nos encaprichamos tanto que nos cegamos a darnos cuenta cuándo es el momento de abandonar ese sueño.
¿Cuando dejar ir tu sueño? De 10 personas que emprenden seguramente un par le van a pegar. Y hay 8 potenciales frustrados.
Los fracasos son las mejores maestrías para los negocios. Hay altas probabilidades de estrellarse, pero no por eso tienes que rendirte. El que más fracasa, más lo intentó. Y el que más lo intentó es el que más cerca está de lograrlo.
A medida que vas creciendo aprendes a formar tu criterio. Porque lo viviste y te relacionas mejor con gente que está en lo mismo que tú. Comienzas a entender muy bien desde donde analizar y cómo entender las cosas que estas viviendo.
Y aunque no lo creas, los negocios son como una partida de poker. Tienes que aprender a identificar cuándo retirarte. Si sientes que ese es el momento hazle caso a tu insitnto.
Uno de los grandes errores del emprendedor es volverse compasivo con su negocio. Y creer que todo va a mejorar. Algunas veces pasa, pero la mayoría de las veces la pérdida es mayor y te recriminas el porque no te saliste antes.
Uno siempre debe estar consciente de los pasos que vas a dar. Y dalos con la mayor cantidad de información posible. Para que no sea un paso en falso.
Si vas a emprender hazlo con seguridad, unas expectativas reales y ponle toda la energía a que funcione.
Seguro que lo vas a lograr.
De qué sirve acumular si no lo puedes disfrutar. Tú no vives para trabajar. Uno en este mundo trabaja para poder vivir. Cuando vives para trabajar dejas de vivir…