A quién no le pasó que piensa algo y dice «lo hago en un rato» y no termina haciéndolo.
¿Una suscripción a algo?
¿Una oferta?, ¿Una llamada?
¿Una cita médica?
Ejemplos sobran.
Lo cierto es que el que mucho piensa no avanza.
Dejar para más tarde o el día siguiente lo que podría hacerse ahora mismo tiene un nombre que casi suena a pecado: procrastinación.
Como dice la autora Sheryl Canter “la procrastinación es la tumba en donde está enterrada la oportunidad”.
Todo en la vida tiene un proceso. Procrastinar no es sobre lo que dejaste de hacer. Es sobre las oportunidades que perdiste y los sentimientos que evitaste.
En todos los planos. Laborales, personales académicos. Aún no conozco el primer estudio neurocientífico que demuestre que ‘calentar’ un examen sea la forma más eficiente de enfrentarlo.
Procrastinación de camino a casa
Porque sólo imagina cada vez que dejas algo para después con un ejemplo rutinario.
¿Cuántas veces te paso esto? Tu carro tiene poco combustible y decidiste echarle gasolina luego. Total de camino a tu casa hay una gasolinera. Pero te agarra el tráfico y comienza el estrés.
Esa recriminación interna de cuestionarte ¿POR QUÉ NO LO HICE?.
Si pudieras elegir entre estar tranquilo porque a pesar del tráfico tu carro tiene gasolina o estar estresado por que la luz comienza a tintinear y el marcador dice autonomía 0 kms. ¿Ya sabes la respuesta no?
Y cuando llegaste a casa. Es mejor llegar feliz y tranquilo con la anécdota del tráfico o amargado por la estupidez que te acaba de pasar. El mundo no tiene la culpa de tu procrastinación.
Hoy más que nunca debemos dejar de procrastinar. Necesitamos avanzar. Seguir adelante. Ponernos en acción para enfrentar esta “nueva normalidad”. Trabajar en equipo para salir todos adelante.
El éxito de la gestión dependerá siempre del orden, seguimiento y metas que establezca con su equipo para alcanzar. Si quiere lograr algo importante no lo puede estar aplazando, de lo contrario nunca lo completara.
Hoy y siempre el ser humano ha encontrado la forma de manejar múltiples tareas, concretando oportunidades, alcanzado el éxito, lo han hecho con un método sencillo. APUNTAR todo lo que tienes que hacer.
Una vez que tienes apuntado en una aplicación, en una hoja – o en cualquier herramienta que te resulte sencilla de utilizar- debes escoger cuales son las prioridades y establecer fechas para empezar y terminar cada una de esas tareas que debes hacer.
Un habito sumamente importante
Otro hábito muy importante consiste en que todas las mañanas al despertar y al terminar tu día revises las tareas que lograste completar, las que quedaron pendiente y las que están próximas a iniciar, para que vayas ajustando tu calendario.
Si quieres ser exitoso, debes ser ordenado, pero mucho más que exitoso, el orden te dará paz y la tranquilidad de saber que estás atendiendo todo según el orden que tú le has dado a tus cosas.
Todo en la vida tiene un proceso. Procrastinar no es sobre lo que dejaste de hacer. Es sobre las oportunidades que perdiste y los sentimientos que evitaste.
La acción es el peor enemigo de la procrastinación. Siempre saldrá algún obstáculo, retraso o complicación para poder completar tus pendientes; dependerá de tu actitud si tu dejaras que eso te impida completar tu tarea o estés dispuesto a hacer lo que se necesita para completar.
