Dovi Eisenman

¿Cuánto vale una idea?

Cero. Si cero.

O ustedes pagan por la idea que existe algo que da calor y les sirve para calentar la comida. No.

Ustedes pagaron por un microonda. O ustedes pagaron por la idea de un calzado que les va a proteger los pies mientras hacen ejercicio.

Tampoco. Ustedes compraron una zapatilla.

Una idea sólo vale cuando se transforma en algo tangible. Algo que le aporta algo a alguien.

Dice una frase: «Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa.»

La realidad es que todos los días se nos ocurren ideas para hacer algo diferente o nuevo, es el instinto natural del ser humano que quiere construir ya sea una vida mejor para él, su familia, su comunidad o cualquier área en el cual el pueda hacer la diferencia.

Las ideas vienen acompañadas de acciones y decisiones. Pero sobre todo, vienen acompañadas de retos y desafíos. Lo mejor de las ideas es que nos llegan para sacarnos de nuestra zona de confort y elevar nuestras aspiraciones.

Desde las personales hasta las empresariales. Nos fuerzan a incorporar nuevos hábitos, optimizar nuestro tiempo y racionalizar mejor nuestras decisiones.

El momento que todo cambió

Quiero contarles una historia sobre mis ideas y mis decisiones. Desde muy joven fui una persona muy reservada, no me gustaban las fotos, hablar de mi vida con los demás, bailar en público o llamar la atención de las personas, me gustaba tratar de pasar desapercibido como un agente secreto cuya misión no podía ser revelada.

Pero todo cambió cuando perdí a mi hermanita (yo tenía unos 19 años). Ella podría ser la persona, hasta ese entonces, que más sabía de mi vida y mis intimidades.

Me di cuenta que para aliviar el dolor tendría que compartir mis emociones y sentimientos con los demás, dejar de hacerme el fuerte, pero sobre todo se me ocurrió la idea de llevar su nombre en alto y su legado haciendo algo. Así nació la Fundación Voluntad.

Pero ahí me tocó hacer algo que nunca antes hubiera estado dispuesto a hacer para poder lograr el objetivo que nos habíamos propuestos: sumar y coordinar esfuerzos para desarrollar acciones que ayudaran a mejorar la calidad de vida de las comunidades que visitábamos.

Me tocó ser extrovertido, conquistar la atención de las personas, tomarme fotos, hacer un programa de televisión para apelar a la ayuda de la gente y tener una vida pública conocida.

Y los resultados de esa idea se mantienen hasta hoy. Con el tiempo comenzamos a entender cómo funcionan y pudimos delegar responsabilidades. Y así han surgido nuevas ideas. Ideas en el plano profesional y en el personal.

Una idea por lo general saca lo mejor de nosotros.

Tiempo donde no lo había. Energía que ya estaba agotada. Actitud y mentalidad ganadora para superar todos los conflictos y dificultades que el procesos pondrá.

Por muy difícil que parezca tu idea, por mucho que tengas que sacrificar por ella, si tienes el deseo, objetivo y crees en ti vas a lograr alcanzar lo que te propongas.

Te comparto estas herramientas para hacer realidad tu idea:

  •  Descubre tus habilidades

Es importante que tengas claro cuales son tus habilidades. Algunas veces tienes habilidades que has escondido y surgen cuando las necesitas. Busca dentro de ti.

  •  Desarrolla la idea (escríbela) 

Cuando escribes algo lo procesas mejor. Escribe tu idea, léela y revisa si hace sentido. Entiende si estás dispuesto a hacer lo que parece que debes trabajar y los sacrificios que debes hacer para alcanzarla. ¿Estás dispuesto?

  • Prueba tu credibilidad

Las ideas hay que poder venderlas. Conversa con tu círculo cero y preséntales la idea para ver si realmente logras venderla, si no la puedes vender será más difícil conseguir que te la compren, más no imposible. 

  • Escribe un plan de negocios

Tienes que tener claro el tamaño de la inversión que tendrás que hacer de dinero o conseguir de inversionistas, además los recursos y en qué momento empezarás a recibir retornos para que dentro de tus posibilidades veas si esta de acorde con lo que tu tienes pensado. Además, a los inversionistas les gusta ver un plan de negocio claro y concreto para invertir en tu idea y entender sus riesgos sobre la inversión.

  • Identifica tu mercado

El tamaño del mercado que vas a poder alcanzar, quienes son, de qué están compuestos y cuáles son sus necesidades. Es difícil vender algo si no sabes a quien se lo vas a vender.

  • Establece un presupuesto

Todo debes presupuestarlo e incluirlo en el plan de negocios. Presupuestar no solo te va ayudar a tener claro cuánto dinero necesitas para concretar tu idea, sino te da una hoja de ruta que puedes ir comparando durante la marcha para ver si lo estas haciendo como planeaste.

  • Encuentra a los inversionistas adecuados

Cuando vas a buscar inversionistas, asegúrate que el inversionista agregue valor a tu idea más si vas a compartir una participación con ellos. Siempre es importante que te sientas cómodo con la persona con la que compartes tu inversión y sobre todo tener claro por escrito cuál es la responsabilidad de cada uno. 

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